Todos pasamos por momentos en los que nos cuestionamos sobre nuestro valor como personas y el sentido de nuestra vida. Nada mejor para levantar el animo que meditar en la palabra del Eterno que es vida y nos proporciona vida.
Isaías 43.2
Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos,no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.
Josué 1.9
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
Deuteronomio 31.8
El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.
Juan 16.33
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Juan 14.27
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
Romanos 15.5
Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Yahshua.
Romanos 8.31
¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?.