Efesios 4.13
“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Yahshua.”
Es una realidad que cuando las personas llegan al mesías están llenas de imperfecciones, defectos y tantas otras cosas que los asedian en la vida, ninguno está exento de esto pues solo a través de la obra del Dios todo poderoso podemos ser transformados para bien.
Ninguna persona puede alcanzar la perfección, a pesar de que hayan quienes se crean perfectos, decir tal cosas es singo de imperfección.
Incluso el cuerpo de las personas deja en evidencia tal imperfección, se enferma, envejece y se deteriora. Por otro lado estar en los caminos del Mesías nos acercan más a esa perfección que un día será completa con su venida.
La transformación comienza desde ya con nuestro carácter y terminara entregándonos cuerpos glorificados y perfectos cuando seamos arrebatados por él.
Filipenses 3.21
“El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”