La palabra dice que Yahweh visitara la maldad de los padres hasta la tercera y cuarta generación, es decir, el juicio de los pecados de los padres caerá también sobre los hijos de aquellos que hayan aborrecido su nombre corrompiéndose con el pecado.
No es necesario hacer nada para padecer las maldiciones, por eso son una herencia pero si puedes hacer algo para deshacerte de ellas.
2 Corintios 5.17
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Yahshua padeció en el madero cargando todas nuestras maldiciones, a pesar de no haber pecado decidió llevar los nuestros para que pudiéramos ser libres a través de Él.
Isaías 53.5
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
Aceptar a Yahshua como nuestro Señor y salvador será suficiente para romper con toda maldición que nos haya puesto bajo esclavitud a lo largo de nuestras vidas.
En El todas las cosas son hechas nuevas y nos ha prometido darnos una nueva vida sin importar los errores del pasado.
Romanos 8.1
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Yahshua, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”