No se trata de lo que él fue antes de casarse, ni de lo que es durante la luna de miel, ni de lo que es durante los primeros meses de la vida matrimonial. La cuestión vital es ésta, ¿Cuál será su comportamiento cuando surjan problemas y dificultades, pruebas, enfermedad, y cuando entre a la edad ya más adulta y luego venga la ancianidad?
Muchos matrimonios se rompen porque las personas desde el comienzo no comprenden el significado del amor. Recuerde como lo describe el apóstol en 1 Corintios 13, donde acentúa su carácter esencialmente práctico. El nos dice que el amor se abstiene de hacer ciertas cosas, que hace otras, y finalmente lo resume todo diciendo, ‘el amor nunca deja de ser’.
Esa es la Prueba del amor. Si desea comprobar si el amor de un hombre a su esposa es lo que debe ser, no escuche lo que dice, observe lo que hace y lo que es. Allí está la prueba.
Todo eso lo expresa el apóstol aquí y lo hace de una manera por demás sorprendente. ‘Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia’. ¿Cómo sabemos que él amó a la iglesia? Aquí está la respuesta: ‘Y se entregó a sí mismo por ella’.