Juan 20.17
“Yahshua le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.”
Cuando comenzamos a conocer al Eterno una de las primeras cosas que nos revela es su paternidad. Ese padre que nos tomo entre sus manos y con todo su amor nos dio la vida.
Ese momento en el que nos acercamos a su presencia nos damos cuenta que es el padre que quizás nunca tuvimos, protector y amoroso. Ese que sabe darnos una palabra a tiempo y un abrazo cuando más lo necesitamos.
Salmos 27.10
“Dios quiere cubrir toda necesidad de afecto, protección y cuidado, solo necesita que abramos el corazón y estemos dispuestos a recibirle.”
Conocer a Dios es conocer el amor; un amor perfecto que todo lo perdona, cubre multitud de faltas y para el cual nada es imposible.
El ha prometido que aunque otros nos rechacen, El permanecerá a nuestro lado para cubrir cualquier ausencia. Pero sus bendiciones no terminan allí, sino que además como hijos nos ha prometido ser partícipes de todos sus tesoros siendo herederos juntamente con Yahshua.
Romanos 8.17
“Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”