Una de las características especiales de nuestro Padre Yahweh es que Él actúa desde la quietud.
A Elías se le apareció en un viento apacible, al pueblo de Israel en el desierto les dijo estén quietos y verán como mi mano los salva.
En los momentos de mayor estrés y agitación, donde el ser humano normalmente tiende a estar más inquieto y ansioso, perdiendo la paciencia con facilidad, es cuando el Eterno más nos pide que estemos calmados y en quietud y que en lugar de preocuparnos nos dediquemos a la oración y acción de gracias (1 Tes. 5:16-18), pues Él es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en tribulaciones (Sal. 46:1-3).
Actualmente a causa de las tribulaciones y aflicciones el mundo se llena de angustia cayendo en la desesperación, lo que los lleva a tomar decisiones erradas.
Yahshua declaró que su pueblo (nosotros), somos la sal de la tierra y la luz del mundo (Mat. 5:13-16), así pues, los hijos de YHWH no somos como el mundo, somos ejemplo a seguir, somos llamados a marcar la diferencia.
Alegrarnos en las tribulaciones:
Llorando y lamentándonos no ganamos nada, antes bien aprendamos a dejar que sea nuestro Padre quien se encargue de todas nuestras angustias, pelee por nosotros y manifieste su Gloria en las más difíciles circunstancias. (Sant. 1:2-4,12).
Dar gracias en todo momento:
Saber aceptar lo bueno y lo malo (Job 1:21) mientras estemos en esta tierra, los momentos buenos y malos siempre van a acontecer, pero ninguno de ellos es para siempre.
Esla palabra que estaba necesitando amen!!!!