La sexualidad humana es un componente esencial de la persona y no puede entenderse nunca al margen de su desarrollo integral, el cual tiene que partir de su dimensión corporal, psicológica y espiritual y de sus cualidades esenciales: racional, emocional, consciente, libre y social, que le permita darle a su vida una dirección que la realice plena y totalmente.
Por lo tanto, la sexualidad humana no puede concebirse como una fuerza separada y autónoma en la persona, a la pregunta ¿el sexo te separa de Dios? Debemos responder sin miedo no, Dios no va nunca en contra de lo que el por amor en su gran sabiduría ha creado. Sabiduría 11, 24-25 lo que separa al ser humano de Dios es separar el amor de la sexualidad, el amor no es un agregado, es la vida, es su esencia.
No se puede hablar de la sexualidad a escala humana, como una experiencia separada del amor, porque ella es precisamente, su expresión, su manifestación y su complementación necesaria. En el amor que viene de el que es amor, para hacer del matrimonio lugar de santidad, de la pareja, del binomio hombre y mujer, la cuerda irrompible en el plan de Dios. Eclesiastés 4, 12.
¿el sexo te separa de Dios? Cuando el ser humano convierte el don de la libertad, en libertinaje, por eso es momento de educar, formar y acompañar para que todo sea manifestación del amor de Dios en nuestras vidas.