Cuántas veces en tu vida, te ha pasado que te encuentras o llegan a tu vida personas que inexplicablemente llegan a ser parte importante para ti, son un complemento. Se podría decir que son ángeles en la tierra que vinieron a cumplir una misión especial, encomendada por Dios.
En otros casos suele suceder, que llegan a tu vida, personas que inmediatamente genera en ti, sentimientos de desconfianza, no puedes tolerar estar un momento junto a ellos, pues piensan que pueden hacerte daño o tienen malas intenciones, es necesario revisarlos y no juzgar, pues ya son muchos testimonios de personas que han sido señaladas injustamente, las apariencias definitivamente engañan.
O personas que se presentan como ovejos, tú le confías todo, parece un amigo único y especial, pero en la primera oportunidad te puede causar el peor de los daños, hablando mal de ti o haciendo cosas negativas en tu contra. Digno ejemplo donde podemos decir que las apariencias engañan, vemos un cordero y resulta ser un lobo.
Por eso Dios hoy nos dice, no juzgues, ni señales, date la oportunidad de conocer a tu hermano. Un hermano que al igual que tú, tiene cualidades y defectos, es cuestión de tratar de comprendernos y apoyarnos, sin olvidar que todos somos hijos de Dios, y debemos encaminarnos hacia él.