San Pablo, nacido en Tarso de Cilicia, Tarso era una ciudad importante del imperio romano, influenciada notablemente por la cultura griega, recibió una excelente formación en la religión judía por parte de rabino Gamaliel. Dentro de la religión judía siguió el fariseísmo y, dentro de este, se encamino por el ala más fanática. Esto lo llevo a ser perseguidor de los cristianos.
La conversión del apóstol Pablo, ocurre, yendo hacia damasco, en su misión de perseguidor, tuvo una experiencia de Dios. Vio a Jesús resucitado, quedando enceguecido, comprendió que el camino espiritual que llevaba era el equivocado, se convirtió al cristianismo, fue bautizado y se dedicó un tiempo a la oración en el desierto de Arabia, y luego fue elegido para predicar el cristianismo a griegos y romanos. Hechos de los apóstoles 9,1-18.
La predicación de Pablo, fue fundamental para establecer el cristianismo fuera de los limites de Judea, y sus cartas son importantes para la comprensión de la vida en cristo. Al tratar de condesar la conversión del apóstol Pablo, tratando de buscar un mensaje clave, seria muy difícil, pero una de sus grandes exhortaciones dice: “ya no vivo, es Cristo, quien vive en mi”. Gálatas 2,19-20