El matrimonio es un compromiso que inicialmente hacen dos personas, las cuales debido al amor que sienten mutuamente, deciden recibir la bendición de Dios en su relación. La idea inicial es que el matrimonio dure para toda la vida, formar un hogar y tener hijos, el más hermoso regalo que puedan recibir como fruto de su amor.
Desafortunadamente no todo sale como lo esperamos y ese amor que nos ilusiona, puede convertirse en la peor de las pesadillas, llegando al límite de divorciarse, dando fin a la relación.
los adultos toman la decisión de darle un alto a su relación, se complica un poco más cuando existen hijos, y ellos son parte de la situación, es necesario que comprendan que la familia puede estar bien en estas circunstancias, pues de obligar seguir unidos, las discusiones y problemas alteran lógicamente la paz familiar y evidentemente a los hijos.
Es importante explicarles que siempre serán amados por sus padres, y que a pesar que papa y mama no se lleven bien, ellos siempre van a contar con el amor de sus padres y seguirán asumiendo las responsabilidades con los mismos.
Es recomendable buscar un especialista y acudir a terapia de familia, para que cada uno de sus integrantes sepa afrontar esta nueva etapa de sus vidas, en especial los niños, quienes no deben sentirse afectados.