La vida es un don precioso, un regalo único que nos da Dios. Él es nuestro único dueño, nuestra guía y a quien debemos acudir en todo momento.
Los seres humanos atravesamos distintas etapas de nuestras vidas, desde la niñez, adolescencia, edad adulta y la vejez. Cada una de estas fases se nos presenta con experiencias nuevas y distintas, experiencias que nos permiten crecer como personas, rescatando de cada vivencia lo mejor y enriqueciéndose como cristianos.
Sin embargo como humanos frágiles que en ocasiones somos, solemos manifestar nuestra molestia por situaciones creemos no merecer, nos enfadamos y reclamamos a nuestro Dios, pensando que no somos capaces de superar enfermedades, desempleo, muerte, dolor, enemistad o hasta hambre.
Dios nos da la vida y las condiciones para ser felices, somos nosotros mismos quienes nos encargamos de poner barreras y en ocasiones propiciamos para que las cosas no funcionen. Lejos de aprender de los errores y crecer en nuestra fe, nos lamentamos y reprochamos.
Te invitamos a escuchar el siguiente video, donde un anciano dirige una oración hermosa nuestro creador. Una oración hecha con su corazón y con palabras llenas de verdad. Admitiendo y agradeciendo lo vivido, entendiendo que ser un anciano es otro regalo más que Dios nos da. Una etapa propicia para vivir lo que en ese momento se requiere. Gracias Dios por todo lo vivido. Amen