Leer la biblia nos hace verdaderos cristianos, practicantes de su palabra. No hay mayor alimento espiritual que cada palabra escrita en las líneas de las Sagradas Escrituras. Allí encontramos reflexiones interesantes y que en verdad nos trae un mensaje sustancioso, lo cual podemos aplicar a nuestro diario vivir.
Las personas que padecen enfermedades, pasan y atraviesan momentos tormentosos y de sufrimiento, pueden ver cómo pasan las horas y los días, y ellos están sumergidos en las dolencias de su enfermedad. Quizás tú pienses que no es justo que alguien sufra, o no comprendes porque debemos enfrentar algunas situaciones tan difíciles en la vida.
Estamos de paso en la tierra, nuestra vida eterna viene después y debemos estar preparados, aunque pasemos por enfermedades, solo en Dios podremos refugiarnos y encontrar alivio, un alivio espiritual.
Mateo 4:24, nos dice: y se difundió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por distintas enfermedades, los endemoniados, los atormentados, los paralíticos; y los sanó.
En este pasaje bíblico, Dios demuestra que para él no hay límites, que el sana todo aquel que esté enfermo, él hace su obra purificadora.
Cuando quieras buscar refugio en Dios y atravieses por una enfermedad o la de un conocido, abre la biblia y lee su palabra. Recuerda que solo Dios tiene el poder de curar.