Te has dado cuenta la bien que te puedes sentir cuando todo lo que haces lo haces con amor, cuando por más difícil que sea la tarea que vas a realizar, si le pones una cuota de amor, dicha labor te puede parecer mucho más sencilla, pues la estás haciendo con verdadero amor.
Como nos dice: 1 corintios capítulo 16, versículo 14 “hagan todo con amor”. Puedes amar a tu amigo, a tu vecino, a tu familia, a tus compañeros del trabajo o estudio, a tus enemigos. Si has leído bien a tus enemigos. Amar a quien te ama es algo muy fácil, pero amar a quien te ha hecho daño o a quien no te habla, no es muy fácil, que digamos.
Pero es ahí, donde se manifiesta tu verdadera fe, donde practicas lo que Dios te manda, “amar a tu prójimo, como a ti mismo”, tus enemigos al recibir tu amor, reciben una gran enseñanza y pueden comprender que el amor que tu sientes por Dios, lo practicas. Algo valedero para también ellos quieran forma parte viva en el camino hacia Dios.
Sabemos que tienes un corazón bondadoso y misericordioso, que como humano te equivocas, todos lo hacemos, pero también estamos en la facultad de corregir todas esas fallas y dejar que Dios haga su obra en ti y en tus hermanos.