Seguramente durante toda tu vida ha habido momentos en los cuales, tú has ofendido y también lo han hecho contigo. Quizás has dejado de hablar con tu propia familia, a causa de inconvenientes que formaron una barrera, donde el alejamiento y la distancia son quienes están ahora presentes. Estas molesto y te sientes realmente ofendida.
Pero no puedes seguir así, te estás haciendo gran daño, no puedes conciliar el sueño, sientes que este puede ser tu último día acá en la tierra, y has desperdiciado muchas ocasiones para reconciliarte con tu amigo o familiar, sin embargo te resulta difícil perdonar, no estás preparado y decides callar.
Es hora de reconciliarte contigo mismo y si vives en amor con Dios, degusta y saborea espiritualmente, el “Padre Nuestro”, oración que nos enseña a pedir perdón. ¿Cómo puedes tu vivir en el evangelio y no hablarle a tu hermano?, no es posible ser feliz, cuando tienes odio en tu corazón.
A Dios lo hemos ofendido constantemente y él nos ha perdonado, y nos dice que si 100 veces caemos, 100 veces nos levantara. Ahora bien, pídele a Dios que te ilumine y te ayude a perdonar, necesitas sanar esa herida, una herida que resulta fatal para ti, tu hermano merece tu perdón, un perdón verdadero, algo que te devolverá tu paz interior.